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Web 4.0: el próximo desafío ya está aquí

May Ashworth no iba desencaminada. Esta anciana británica de 86 años se hizo famosa en 2016 cuando su nieto desveló en twitter que su querida abuela hacía consultas en google pidiéndole por favor y dándole las gracias.

Twwet sobre la abuela que pedía por favor a google las búsquedas Todos sonreímos con cariño ante la entrañable anécdota, pero ¿no es acaso hacia dónde avanzamos?

Dentro de la transformación digital que vivimos, la 4ª generación de la Web ya está en marcha y tiene muchos nombres: web 4.0, web ubicua, internet contextual, internet ambiental, web simbiótica, web cerebral, la internet de futuro… e incluso Web Total.

Una web que entienda el lenguaje habitual de las personas, se anticipe, prediga posibilidades y ofrezca soluciones concretas e instantáneas. Un nuevo modelo de internet que se fusionará con el mundo real para proporcionar experiencias de usuario perfectas. ¿Utopía o realidad?

Antes de adentrarnos en el concepto de Web 4.0, veamos brevemente cómo ha sido la evolución de la web y las diferentes iteraciones que ha experimentado.


Web 1.0, Web 2.0, Web 3.0, ¿en qué se diferencian?

Fuente: computerworld.org


¿Qué es la Web 4.0?

La Web 4.0 es una web abierta, conectada, predictiva e inteligente con el objetivo de ofrecer soluciones específicas al usuario, basándose tanto en la información que este da o ha dado como en toda la que ya existe en la web.

Se trata de un nuevo paradigma que se propone mejorar la experiencia de las personas en internet gracias a nuevas y mejor conectadas tecnologías que permiten una interacción más completa y personalizada.


Fundamentos de la Web 4.0

El concepto de Web 4.0. se sostiene sobre cuatro pilares fundamentales:

Futuro y desafíos de la Web 4.0

La Web 4.0 supone considerar internet prácticamente como una necesidad básica. Cambiará la forma de trabajar, de vivir y de consumir de las personas. Transformará también la industria y la manera en que las empresas producen, ofrecen productos y prestan servicios.

Pero más allá del increíble abanico de posibilidades que promete la Web 4.0, no podemos dejar de lado aspectos éticos y deontológicos que deberán ser desarrollados como, por ejemplo, la protección de la intimidad de las personas, la exclusión de la sociedad de aquellas que no estén conectadas o la vulnerabilidad de las empresas.

Tecnologías basadas en redes distribuidas y en la encriptación como el blockchain o el aumento de la seguridad de las arquitecturas en la nube serán fundamentales para garantizar la protección y la privacidad.

El futuro de la web es, ahora más que nunca, inquietante y excitante por igual. Voces, especialmente en el entorno anglosajón, hablan ya de la próxima fase: la Web 5.0, una vuelta de tuerca más que nos llevará de la web inteligente a la web sensorial y emotiva.

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